Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿retorno?

Hoy hemos vuelto a la vida en modo invierno, el pueblo, el cole, las apreturas, el tráfico, los malos olores, el conservatorio, la banda, los amigos de clase, las cosas que hacer en casa, la ausencia de la tele, la ausencia del jardín (del riego de cada noche, de las estrellas, de los caracoles, de la hierba en las zapatillas, de la tierra mojada, del fresco). Hemos vuelto, aunque creo que este retorno va a ser diferente, todo ha cambiado en nuestra vida este verano, los abuelos han bajado un peldaño en su descenso, y siguen perdiendo facultades, físicas y mentales, el sábado en la mudanza cogí una foto de los papás, tendrían poco más de 20 años, ¿como es posible tanto deterioro?, ¿como aquellos jóvenes verían a estos viejos?, ¿como el amor se vuelve quebradizo, acartonado?. Me horroriza, no quiero llegar a ese estado mental, me horroriza dejar de ser lo que soy, volverme rígido, dejar de ver el mundo para vivir solo en ese pasado encapsulado, ese cristal ya casi opaco que solo deja ver sombras, burdas siluetas imprecisas. Este ha sido el verano en que el lugar de mi infancia y adolescencia ha pasado a otras manos, en que los niños han volado lejos, al País de Gales, y se han hecho de un salto un poco más mayores, en que ha aparecido una nueva galería en una nueva ciudad y hemos conocido nuevos conocidos, en que hemos arreglado el jardín más cercano con corteza de pino, hemos hecho una mesa para afuera de la que estamos muy orgullosos, hemos visto las 6 temporadas de Lost enteras, los 4 en la luz de la luna entrando por la ventana de arriba, y Nico y Numa en la puerta, cerca del Gingko, entre las sombras de árboles que proyecta la luz anaranjada de la farola de la plaza, se han materializado Tesa y Xavi que solo eran amigos virtuales y ahora son algo más, ha sido el verano que me ha dado un cólico nefrítico, el verano sin piscina pero con piscinita hinchable, el verano del pájaro sin nombre, el verano de la incertidumbre en el trabajo, el verano del SIP, el de la plataforma de piedra, el de la tuya esmeralda, los plumeros, y el fin de la piedra del rey León donde los reyes magos escondían las pistas que conducen a los regalos.

2 comentarios:

casss dijo...

Te comprendo, es normal, hay que decantarlo, digerirlo. Después se supera, las "cosas" se acomodan y nosotros a ellas. Y si nuestra intención es no endurecernos, seguramente lo conseguiremos. Hay que tomarse el tiempo. Ya pasará... Yo te lo deseo de corazón bloguero sin piel, ni cara cierta pero espiritualmente cerca, no lo dudes. Un abrazo de regreso al mundo de verdad, que es el mejor aunque haya que pintarlo con colorines de vez en cuando.

Marta Noviembre dijo...

verano raro, te entiendo un poco.

y te envío un abrazo muy grande.