Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

martes, 28 de septiembre de 2010

Por los suelos

Ayer lunes me levanté a las 6 y cuarto, me afeité como todas las mañanas que trabajo, afeitarme es como un ritual que me prepara para la jornada laboral, los fines de semana no me afeito, mientras veo mi cara cubierta de espuma blanca en el espejo pienso en muchas cosas, y los mejores pensamientos son estos pensamientos mañaneros, cuando a la vez que divago intento que no se me olviden los sueños de los que me ha recién arrancado mi nuevo radio despertador Grundig. Después tomo un café cortado con Lola, hablamos de lo que vamos a hacer en el día, se despierta Edu con cara de sueño y me despido de él antes de que entre a ducharse, siempre con un besito desde que era pequeño.
Ayer fue diferente, cuesta abajo en la bicicleta, sin manos, chuleando pensaréis, bueno chuleando no, es que pienso que ir sin manos es mejor para mi espalda porque voy más derecho, en fin, sin manos y cuesta abajo se me ha partido el sillín y me he ido de espaldas al suelo, milagrosamente no me he hecho nada, otro ciclista que me seguía me preguntaba incesantemente -¿seguro que no te has hecho nada?, -que no de verdad, gracias, muchas gracias. Al llegar a casa he visto que la tija rota me había desgarrado el pantalón por la parte interior del muslo. Me gusta pensar que soy como un gato, siempre caigo bien, será porque hice judo de pequeñito.

Hoy me siento dolorido.

2 comentarios:

Alfredo dijo...

No, el judo, no tiene nada que ver.
La próxima vez, por favor ve con las dos manos y dile a la espalda que de momento lo sientes, pero...
la cabeza es la cabeza.

Abrazos

casss dijo...

Pero muchacho...... bueh..menos mal que no fue nada.
Espero que tomes precauciones, la próxima vez y que esta, te mejores.
besotes