Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

lunes, 3 de diciembre de 2007

La isla

Pasa el tren, ensordecedor, raudo, levantando miles de pequeños plásticos. Siento el aire que lo envuelve, la potencia de su bocina, y se aleja, se hunde en la lejanía, desaparece como un punto que se colapsa en el aire, después todo lo que se había detenido vuelve a cobrar vida, los coches, las motos, las mujeres cargadas de bolsas, los semáforos. Vuelve el ruido del tráfico.
Penetro en una isla, una isla de árboles en medio del asfalto y del humo, las ramas parecen petrificar el ruido, desaparece el vértigo y la vorágine exterior.
Observo una ardilla que baja para roer una piña, me mira, ¿qué sabes tú de todo esto?.
Subo por el sendero, me abrazan los pinos, inconscientemente respiro en profundidad. Se me desata un cordón y me agacho para atármelo, en el pequeño lago artificial observo los cangrejos. Me siento.
Es mediodía, el Sol está radiante, las recientes lluvias han limpiado el aire, me sorprende la claridad de la atmósfera sin contaminación, todo se muestra nítido.
Es un buen día para tomar decisiones.



Bioconda
(Óleo 90x114cms.)

3 comentarios:

Adrià dijo...

Desde luego lo parece…
La ardilla creo que lo tiene más fácil.
Encontré muchas almas pero la tuya no!, no la tendrás tú…

Marta Noviembre dijo...

Gracias por vuestras palabras, por abrigarme el corazón... No sé si artistaza, lo que yo disfruto es compartirme! Aix, en un día frío y claro como ese, también en un parque, decidí yo mudarme a los madriles. Y mira, ahí estoy ya casi, y qué bien con vosotros alrededor! Por cierto, el sábado 15de diciembre, a las 23h, hago un conciertillo en El 13, (C/Garcilaso, 2, esquina Luchana. Metro Bilbao), ¿hace? Un abrazo.

Adrià dijo...

Tío ya estamos otra vez panza arriba???...
Oye…
Knok knok…