Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

jueves, 1 de julio de 2010

Ikteriorismo

Un amigo me regaló un libro "El interiorista y el extraño caso del señor Ikea" me lo he leído a ratos, es un libro de entrevistas, para mi habla de un mundo desconocido, el mundo de los decoradores e interioristas, en contacto con la clase burguesa y con los locales comerciales, un mundo, una forma de ver las cosas para mi desconocida pero interesante porque aunque provengo de familia humilde y he formado una familia también humilde, y nunca he tenido contacto con interioristas ni decoradores, es verdad que mi padre fue albañil, maestro de obras o encargado como se suele decir, y yo diría que más que lo fue lo es, porque su manera de hacer profesión es la de antes, la que valoraba la experiencia y el "buen hacer", la maestría, el proceso y no solo el beneficio dinerario que se obtiene, y ni siquiera digo el "resultado" porque en esta sociedad del capitalismo recalentado ni siquiera se valora el resultado de la obra sino tan solo el beneficio en términos de cantidades de dinero.
Pues bien, en el libro he encontrado muchas cosas que mi padre también me ha contado y me cuenta a veces: lo de los buenos profesionales que envejecen sin aprendices y que con ellos se pierde el "saber hacer" porque no se valora, lo de ser honesto y comprometido con el trabajo y con el cliente, lo de que la obra acabada es seña de la identidad del profesional y su mejor carta de presentación. Por otra parte el hecho de haber visto trabajos de albañilería desde niño y el haberme construido mi propia casa, y lo digo literalmente, no quiero decir que he pagado a alguien para que la haga, y las charlas con el arquitecto, que me ha parecido una persona estupenda, todo esto me ha hecho conocer por mi cuenta cosas que también he leído en el libro, como la integración de funcionalidad y estética, el diseñar pensando en el uso y en que los habitantes de la casa estén a gusto, lo absurdo de la casa escaparate.
He disfrutado con la introducción histórica que hacen algunos entrevistados sobre la evolución del diseño en Valencia desde la posguerra y sus muebles de pata de león, la introducción de los electrodomésticos en las cocinas en los años 60, que algunos relatan aludiendo a las marcas de una forma muy pop y el posterior desembarco del diseño.
Me ha llenado de satisfacción comprobar que intuitivamente he seguido en mi casa algunas pautas de las que se habla en el libro, sobre comunicación de espacios y valoración del espacio como tal, y sobre todo cuando algunos entrevistados hablan del valor del proceso, del valor de construir la casa poco a poco, llenándola de vivencias personales y de ver la casa como algo vivo y siempre inacabado, algo que como he dicho en mi anterior post se va enhebrando lentamente con la propia vida, convirtiéndose en algo indisociable de la propia identidad.
En el libro un tema recurrente es el tema IKEA, empresa que ha contribuido a extender un gusto por el diseño, pensaba que los interioristas y decoradores iban a estar en contra de empresas como IKEA pero veo que no, digamos que esgrimen que IKEA tiene una labor pedagógica sobre una población que por posibilidades económicas nunca accedería a un mobiliario de diseño.
En fin, el libro me ha parecido interesante, pero que nadie se apunte mi opinión porque como me dice Lola leo cosas muy "raras".

2 comentarios:

Franck dijo...

Hola soy administrador de una red de blogs estuve visitando tu página http://artunlocated.blogspot.com/ y me pareció muy interesante. Me encantaría que pudiéramos intercambiar links y de esta forma ambos nos ayudamos a difundir nuestros páginas.
Si lo deseas no dudes en escribirme.
Exitos con tu blog.

saludos



Franck
contacto: rogernad08@gmail.com

Tesa Medina dijo...

Para los nómadas como nosotros, Ikea es una buena manera de acoplar tu vida a un espacio temporal y sentirte bien.

No soporto las casas de revista de decoración. Me gusta que se palpe la vida de los que la habitan.

He montado varias viviendas y siempre he conseguido hacerlas un poco nuestras, aunque supongo que no es comparable a lo que cuentas tú, que me parece un sueño: construir tu propia casa poco a poco a tu gusto, diseñando los espacios de una manera creativa y práctica...

No creo que pueda volver a tener una casa en propiedad, pero ¿quien sabe?

De momento, creo que nos quedamos en Barcelona.

Un beso, Jose.