Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

lunes, 21 de julio de 2008

Lo mío

Lo mío ocurrió casi sin darme cuenta,
un día salí a la calle a mirar,
a dejar memoria de lo que miraba.

Casi siempre duermo mal y sueño,
no puedo eliminar malditos recuerdos que vuelven a mi mente siempre que hay silencio,
siempre que quiero estar en paz
siento como un mar se interpone entre yo y YO mismo.

He pensado hoy que es posible que el clima esté cambiando
y quizá por eso amo tanto la primavera tan lluviosa
y el verano cuando mi piel empieza a sudar
bajo este Sol mediterráneo
y mi piel pecosa se vuelve morena
buscando la sombra de las calles
siempre tan en sombra.

Hoy es un día bello y miro el horizonte desde mi casa.

Me he puesto música clásica,
no sé, a veces hago las cosas y después me extraño.
Voy descalzo por el pasillo sintiendo el frío de unas baldosas.

Mi piel aún se pone de gallina con algunos recuerdos,
he de dejarlos, quiero dejarlos.
Intuyo que lejos en algún sitio
existe un mar tranquilo que se mete en los sueños.

Apago el aparato de música,
dejo el disco de Bartok dando vueltas
y me sumerjo sin esperar que pare.

No veo casi nunca la tele,
prefiero meterme en la bañera y leer,
ojear revistas,
remirar fotos que hago hasta que el agua se queda fría
y entonces de pie me quedo un rato mirándome al espejo.

ESE soy yo.

Bueno, no estoy tan mal.

Soy fácil de convencer, demasiado fácil.

¿no crees?


5 comentarios:

isabel dijo...

"siento como un mar se interpone entre yo y YO mismo"


pero
y luego te bañas y tencuentras contigo mismo


mua!

Adriana Lara dijo...

sólo es cuestión de encontrar el puente, o de fabricarlo.

Con respecto a tu análisis de mi textito de La Oficina en mi blog: BRILLANTE, José, me pareció excelente lo que escribiste.
Saludos.
Adri.

CASANDRA dijo...

Intuyo que lejos en algún sitio
existe un mar tranquilo que se mete en los sueños.

tu texto, lo que expresas, se mete en el alma.
un abrazo

Tesa Medina dijo...

Enfrentarse con uno mismo es un ejercicio inquietante.

No creo que seas un “chico fácil”, no lo eres porque buscas, siempre buscas y lo seguirás haciendo hasta que seas un viejito muy viejito y plácido.

Todos tenemos malos rollos que quisiéramos olvidar, y cada uno busca sus propios conjuros para que entre ese mar en calma que nos cura de los miedos.

Los mejores ungüentos son los pequeños placeres de la vida, sentir el sol, el frío de las baldosas bajo tus pies, leer, ojear una revista o fotos sumergido en la bañera, mirarte en el espejo y reconocerte, escuchar música, la que te pide tu estado de ánimo, salir a la calle a mirar…

Ese texto me ha hecho pensar en que debo parar un día de estos y mirarme en el espejo.

Aunque soy una mujer de otoños te deseo que disfrutes del verano que tanto te gusta.

Un abrazo, Jose, y a ver si nos enseñas en qué anda Lola.

Alfredo dijo...

...Tesa hace unos comentarios tan descriptivos, tan completos, tan acertados que esta casa parece que huele a moreras.
Bueno, a lo mio, aún a riesgo de repetir,
...Ya es importante mirarse en el espejo y verse, porque no todos nos vemos de verdad y disfrazamos nuestra realidad de "guapos de la muerte"
...y a esa parte del Mar, la de los malditos recuerdos (que seguro es un trozo muy pequño) ...que le den!!!
Y tu a lo tuyo
Un abrazo