Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

domingo, 25 de mayo de 2008

Abanicos de espuma


Lola pintando
2000 árboles y ese cúmulo luminoso


No me interesa el objeto sino la mirada.
No la integral del objeto sino la variación de la derivada respecto al tiempo de luz.






El agua que forma las olas en alta mar no se desplaza solo gira sobre si misma transmitiendo la onda, la energía, la ola.
Unas gotas de agua de algunas olas corrieron más allá del movimiento ondulatorio y subieron libres por el aire. Muchas de aquellas gotas volvieron a caer en el mar pero unas pocas no volvieron. Ni sus compañeras saben aún donde se encuentran.

Las olas giran y giran continuamente, se agitan y descansan al encontrar una barrera de escollos. El movimiento ondulatorio experimenta entonces un silencio en el que su amplitud parece meditar.

Somos el mundo que conocemos; nos estaremos buscando por todas partes hasta que descubramos que somos realmente el silencio desde el que se busca.

Textos apropiados de J.J.Lidón y remezclados con otros propios en este blog para originar, creo, un excedente cualitativo.

4 comentarios:

Adriana Lara dijo...

un excedente cualitativo: eso sí que suena bien.
Adri.

Tesa Medina dijo...

Hola, Jose. El cuadro de Lola ya me gusta un montón y eso que no está acabado.

Me atraen sobre manera los árboles desnudos, mucho más que los frondosos. Algo sobre la soledad, la falta de artificio y la melancolía me diagnosticó un psiquiatra al que se lo comenté.

Pero el cuadro de Lola además tiene luz. Y adoro la luz.

Me encanta eso de las gotas que se elevaron y ya no volvieron a bajar. Y el agua de las olas que gira y se agita, pero su desplazamiento está limitado por los escollos. Lo mismo nos ocurre a nosotros, que no importa dónde nos desplacemos, las contradicciones, los miedos o la búsqueda viaja con nosotros.

“Somos lo que conocemos” y también lo que amamos, parte de las personas con las que nos vamos encontrando, lo que nos emociona, lo que soñamos, por lo que estamos dispuestos a dar un paso más allá de los miedos.

Somos cambiantes y vulnerables… pero también podemos ser geniales y maravillosos.

De repente me vino a la memoria un bello bolero que decía:

“Somos un sueño imposible que busca la noche…
… para olvidarse del mundo, del tiempo y de todo…”

Hablando de contradicción, me gusta el rock y los boleros.

Besos para los dos.

Alfredo dijo...

...gotas que nunca volvieron,
...quizás si, pero no en forma de gotas, juntas conformaron un denso y fortalecido silencio que presume de doblez y es al mismo tiempo la ensoñación física del cúmulo luminoso y el fuego con el que en la oscuridad buscamos un todo de nosotros.

..si, si, ya sé, la pintura de Lola me hace alucinar!!

un abrazo

Adrià dijo...

Jajajaja mezclas y remezclas.

Millones de combinaciones.

Todas mejor que…
O simplemente nos importa.

Mola!

Lola es un pokiiiiiiin “talentosa” no?

Cuídate!