Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

viernes, 9 de enero de 2015

Primera cena



Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

Este es el lema de mi blog, en algún momento me vino a la cabeza, no recuerdo cuando, sería en la cama, un sábado o un domingo, sin madrugar, supongo.
Me he comprado una edición del National Geographic, la teoría cuántica, la revolución de lo muy pequeño, la conecto mentalmente con la primera parte del lema, lo pequeño como lo que acerca a lo real, y lo real como lo que permanece y se repite en el tiempo segundo a segundo y lo que no tiene fondo, como la canción de Love of Lesbian. La siguiente parte de lema, revela mi inclinación por la obra de Marcel Proust, los detalles, normales, aparentemente inocuos, muchas veces desapercibidos, que solo una alma contemplativa recaba en ellos, los detalles que vuelven como olores a nuestro pecho, como los aromas primeros que nos devuelven a tiempos lejanos y olvidados, rememoraciones causadas por una pequeña porción de una sustancia química en nuestra pituitaria; y la repetición como el mantra que día a día va dejando una huella en nuestro cerebro que acaba fundiéndose con la propia identidad.

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