Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

miércoles, 7 de enero de 2015

Clones y casas soñadas


Llevo unos días soñando, hay épocas que no sueño, recuerdo dos sueños, en uno de alguna manera renacía como un clon de mi mismo, recuerdo vagamente los detalles, tenía 22 años y moría, entonces renacía, pero a los 26 años ya tenía 48, mi edad actual, es raro, el tiempo pasaba más deprisa, como si no fueran 2 vidas, para que el computo global de años fuera al final el mismo que si no hubiera muerto. En esta segunda vida acelerada, recordaba con nostalgia la segunda niñez, los segundos padres, como pasaron deprisa, como se volvieron a olvidar de nuevo esos segundos tempranos años. Nostalgia de una casa en azules, un recibidor de paredes pintadas en celeste, un mono con petito y un pelo oscuro, despeinado, redondo como un casco, como el de mi niñez real. En el sueño me venían pensamientos biotecnológicos, tal vez la edad de las células no se puede modificar y siendo un clon solamente continúas, realmente no reinicias.
En el segundo sueño aparece una casa, una casa que ya he visto en otros sueños pero diferente, es mi casa, pero es más grande y tengo la sensación de que no es y sí lo es a la vez. Esta vez el jardín era extenso, mucho más que el real, con zonas no cuidadas, semi salvajes, donde algunos grupos de personas habían acampado, en parte no me gustaba pero pensaba que si estaba desaprovechado era bueno que alguien disfrutara del espacio, lo que no me gustó es que encontramos la puerta abierta y una vecina estaba sentada en el pello. Me miró desconcertada pero no mucho, le dije que si quería entrar podía haber avisado antes.
Recuerdo de otra noche también la casa, una casa diferente, como un castillo, con habitaciones grandes nunca habitadas, la había construido yo mismo, pero no era mi casa, recuerdo una especie de persecución y de ver la casa a la vez, recuerdos vagos subiendo de terraza en terraza entre muros de hormigón y grandes cristaleras.
También recuerdo otro sueño más antiguo que asocio con la Pobleta sin haber estado allí nunca, una casa al estilo de principios del siglo XX, con una puerta lateral que bajaba a un semisótano.

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