Viviste,
saboreaste la vida,
reiste y lloraste
y te enamoraste,
y fuiste amada,
tuviste hijos
y amigos
que te quisieron,
canciones que te emocionaron,
sonrisas y palabras.
Y después quedaste en la memoria de unos cuantos,
otros ocupan ahora tu casa,
te convertiste en unas cuantas fotografías
dentro de un cajón que nadie abre,
eres solamente un nombre
que pocos recuerdan.
Y con el tiempo desaparecerán
una a una
esas pequeñas memorias,
esos recuerdos y sus portadores,
se borrarán las fotografías
y ya nada,
nada, nada,
nada,
tan solo,
el tiempo,
y el sabor de la vida.
En la cartera de Antonio Machado encontraron un papelito con una anotación:
Estos días azules y este Sol de la infancia.
domingo, 29 de marzo de 2009
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2 comentarios:
intensifiquemos el sabor. un beso.
Muy bien, muy bien Casandra, eso es, la cuestión es simplemente el sabor.
Un saludo.
Postdata: estoy leyendo, de nuevo, Rayuela (de la otra manera) y cada vez que leo Montevideo vienes a mi memoria.
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