Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Reflexiones sobre la Verdad Futura

La inteligencia resuelve los problemas que la intuición plantea.

Henri Bergson.

Solo tiene sentido hablar de la “verdad” en una proyección hacia el futuro. Ahora lo explico: sobre el pasado solo podemos (re)construir, repetir narraciones, el pasado se convierte rápidamente en su registro, en algo independiente y separado, subjetivo y unido al lenguaje y la expresión, interpretable, que solo podemos constatar por cruce, observando las intersecciones de caminos, constatando que los territorios por los que nos movemos coinciden con los mapas imaginarios evocados por esas narraciones y registros. El presente es el lugar donde muere el futuro, el salto de agua donde permanecemos inmóviles, el umbral desde el que vemos como se pierde el pasado y como nos arrolla el futuro, en el presente la subjetividad es máxima, la presión del ambiente, nuestro estado anímico, miramos con demasiados filtros sobre nuestra conciencia, demasiadas distorsiones que oscurecen eso que llamamos familiarmente “realidad”, como si fuera algo fácil y al alcance de todos, cuando muchas veces tan solo vemos sombras y porciones, simulacros y fantasmas que viven en nuestra cabeza.

Sin embargo el futuro es el campo de las certezas, aunque parezca chocante o ilógico, no hay más verdad, más certeza, que en acertar, en disparar la flecha y dar en el blanco, el futuro es el territorio de la clarividencia, la clarividencia siempre apunta hacia el futuro, indica que hay que estar despierto y tener una visión clara, sin distorsiones, los cazadores saben bien que para acertar en una presa en movimiento, como es el presente, hay que apuntar unos metros por delante, concebir la realidad en términos de trayectorias, velocidades, ritmos, ondulaciones, no olvidar nunca la plasticidad del medio, una manera de pensar que nos transporta a la mecánica cuántica. Hemos de mirar hacia el futuro para poder acertar y de esta forma no tendremos que probar que lo que decimos es cierto como ocurre con los hechos pasados, aquí juega una mecánica inversa, no buscamos nosotros en la memoria sino que el futuro saldrá a nuestro paso y vendrá a confirmar que aquella (pre)dicción era cierta, por la sencilla razón de que acertamos.

Desde hace unos meses mi cabeza debía andar inconscientemente en estas cavilaciones porque cuando alguien me preguntaba que cual es mi punto fuerte contestaba “la suerte”, quizá ahora lo que me pasa es que lo estoy haciendo consciente, la suerte al fin y al cabo consiste en acertar, en confiar intuitivamente, en situarse en el lugar y el momento preciso, en tomar la decisión adecuada, en ser clarividente a fin de cuentas.

2 comentarios:

casss dijo...

Será en lo único que podemos incidir? Hagamos bien los cálculos entonces y sobre todo pensemos en positivo. un abrazo.

Tesa Medina dijo...

Hola, Jose, ¡cuanto tiempo! Mi punto fuerte es el humor y eso me hace relativizar los problemas, y también la creatividad que me ayuda a adaptarme a las cincunstancias adversas o felices con mucha plasticidad y elasticidad.

El futuro depende de nosotros, eso es cierto, de las decisiones y los caminos que tomemos ahora.

Pero para mí sigue siendo el presente mi momento favorito, porque es lo cierto, lo que palpo.

En lo que si estaría de acuerdo con tu escrito es en lo que yo llamo "tener un proyecto de vida" a lo grande, ya se verá si llegamos a un puerto de primera o tenemos que recalar en un islote, pero naveguemos, viento en popa, a toda vela.

Un abrazo,