Acercándonos a las cosas pequeñas nos acercamos a lo real, los detalles frente a las grandes anécdotas extravagantes y únicas, más lejos de nuestro corazón que las repeticiones diarias de esos pequeños actos de todos los días.

lunes, 31 de agosto de 2009

De-notarías.


Hoy el tío Pepico ha vendido su casa, la casa donde ha vivido desde 1963, primero con la yaya Milagros hasta su muerte en los años 80 y después solo. Las casas son centros sobre los que giran los recuerdos, hoy se ha producido una bifurcación en nuestra historia familiar, ha acabado el papel de la casa del tío. La han comprado un pareja para reformarla y establecerse independientes de sus padres, me he alegrado porque me han caído bien los dos, el chico se llama Javier, no recuerdo el nombre de la chica, es técnica de laboratorio y trabaja en la universidad.
Me ha reconfortado saber que ellos iban a ocupar los lugares donde vivieron la yaya y el tío, que van a dar vida a un espacio que ha estado muerto en los últimos años, que renace como el lugar donde construir una vida en común.
He imaginado las ventanas abiertas, niños corriendo por el pasillo y el aire lleno de alboroto y jolgorio, he recordado que había una vez un circo en blanco y negro, una jaula con canarios, y unos pequeños dados con 3 unos, 2 equis y un 2 que tirábamos los niños para que los mayores fueran rellenado la quiniela, y los círculos de luz de las mañanas de los primeros años 70.

Esta mañana hemos ido al notario.


No hay comentarios: