El domingo por la mañana murió de improviso mi compañero Alcántara, una parada cardíaca a sus 60 años, dicen que le pilló en pijama, tal vez se notó algo y se recostó en la cama, se quedó dormido.
Recuerdo una conversación hace más de 10 años en el turno de noches, él se sentía fascinado por los neutrinos, había leído que son capaces de atravesar la tierra sin que nadie ni nada se de cuenta de que han pasado, él quería ser como un neutrino, decía.
Aquí en el trabajo todo sigue igual, es como si al sonar el teléfono fuera a escuchar su voz, como tantas veces, pero no es así.
lunes, 8 de noviembre de 2010
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1 comentario:
Lo lamento por tí.
Estos sucesos nos sorprenden tanto... y nos duelen más. Para mi también ha sido un tiempo de muchas ausencias de golpe...
un abrazo afectuoso, José.
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